La intervención delictiva en el estado de necesidad exculpante. Un desafío para la distinción entre
Desde su primer sistema moderno, la teoría del delito se desarrolla —en tanto teoría de la imputación— sobre una afianzada y aparentemente incuestionable distinción fundamental entre la desaprobación de un hecho y la de su autor. En tal sentido, aún hoy continúa siendo dominante la posición que define el contenido de este juicio adscriptivo a partir de dos estadios o momentos: el primero, constituido por la evaluación de un suceso externo, considerado —formalmente— a partir del incumplimiento de la norma inferida de un precepto legal y —materialmente— de la afectación a un bien jurídico. En el segundo estadio del sistema, la valoración sobre el autor se establece a partir de la potestad que tiene el derecho de exigirle a un ciudadano la realización de una conducta distinta a la que causó ese hecho, cuyo juicio negativo ya se encuentra perfeccionado. Entonces, la dogmática jurídico-penal, en tanto ciencia hermenéutica, se siente orgullosa de poder presentar a su comunidad un complejo sistema de resolución de conflictos, cuya técnica operacional funciona sobre la base de esta bipartición.